jueves, junio 15, 2006

ves lo que te han hecho ver, piensas ídem

Un día, todo eso deja de parecerte lo mismo. Lo ves de otro modo. Eso te sorprende, quizá te asusta un poco. Si has cultivado y preservas un modo muy tuyo de ser, te alegras de este nuevo paso; si no, quizá añores la aparente seguridad que te proporcionaba esa visión proporcionada, preconfigurada, con la que mirabas las cosas.
Cada uno de nosotros puede ser verdaderamente distinto de cualquier otro y sin embargo somos básicamente demasiado parecidos. En esta búsqueda de nosotros mismos (o si escuchamos a quienes nos dicen que en realidad ninguno somos nada, una búsqueda para quitarnos de encima los añadidos que nos impiden llegar a ser esa nada; como prefieras verlo). En este esfuerzo, quizá nos podríamos ayudar: contándonos cómo hemos ido quitándonos velos, nuestras caídas del guindo, nuestros descubrimientos. Nos puede ayudar quien desde la psicología nos aporte cosas y nos puede ayudar quien desde su propia experiencia no académica nos cuente sin medias palabras qué le pasó y cómo vivió ese alumbramiento, ese desenmascaramiento, esa relectura de las cosas, esa nueva sintonía que le hizo sentir que las cosas que le habían parecido siempre de un determinado modo, desde ese momento ya no podría volver a verlas de ese modo sino de uno nuevo; por más "real", "mejor", pero acaso más duro también o más comprometedor o más arriesgado o más difícil de vivirlo entre quienes aún no han llegado a lo mismo. Sólo intento esto, que nos pasemos el jabón, que nos limpiemos mutuamente los cristales de las gafas, que nos enseñemos a leer la realidad. Veremos.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es lo del cristal? ¿Lo del color con que lo mires, digo? ¿Propones que los decoloremos todos? ¿Y si lo que vemos deja de gustarnos y nos parece soso y gris?

Anónimo dijo...

No se trataría tanto de quitarle el color a las cosas, como de verlas del que son. Quizá incluso son más coloridas de lo que nos parecen. Eso del color del cristal con que lo mires... ¿Y si más que de un color, rosa o tenebroso, se tratara de un cristal aberrante, deformante, que impide ver nítido, que lo desdibuja todo? Ese tipo de cristales creo que nos sobran, o que si optamos por emplearlos sea a conciencia, sabiéndolo perfectamente, como el punto de sal o de pimienta o de curry que le quieras poner a tus platos. La cuestión, si he entendido el propósito de este blocg es poder saber a qué sabe una cosa cuando se le quitan saborizantes o especias añadidos, especialmente cuando los han puesto otros sin preguntárnoslo y que quizá nos han cocido la carne sin preguntarnos el punto, cómo la queremos.

Anónimo dijo...

Si hacemos justicia al nombre del blog, espejismos mentales, entonces más que colores o deformaciones, la cuestión es si vemos pescado donde hay carne, si vemos agua donde sólo hay arena, si nos creemos muy buenos cuando somos miserables, si creemos tener razón cuando nos equivocamos del todo, si eso u lo otro es ético y en realidad no lo es, partiendo del enfoque de que quizá lo que hacemos o pensamos o vemos no es lo que creemos hacer, lo que creemos pensar o lo que suponemos ver. Y cuando eliges aplicarlo a cosas que no sean colores y comidas, que al final es un asunto poco transcendental y que cada cual puede resolver a su modo sin que suponga gran cosa, te das cuenta de que el asunto es grave:
¿Está mal el incesto? ¿Por qué? Aquí ya empezaríamos con otro tipo de cuestiones. O para que no me acuséis de escandalosa: ¿Es tan bueno el amor? ¿Es verdad, por ejemplo, que alguien se pierda algo imprescindible si no enamora nunca, si es que eso es posible?

Anónimo dijo...

¿Y no es todo un espejismo mental?
Lo sólido parece compacto y nos dicen los físicos cuánticos que de compactos nada.
Si habéis visto esa curiosa película (No sabes nada), resulta que ni cuando andamos entramos en absoluto contacto con el suelo que creemos pisar.
Si lo que parecía más objetibable resulta que no es del modo en que lo hemos estado viendo ¿qué podemos decir de todo lo demás? Los valores, las creencias, los dogmas, los principios... Puede que sean espejismos.

Anónimo dijo...

Como delimitación del propósito, me parece comprender las referencias al punto de la carne o al color del cristal con que miramos. Está bien. Propongo introducir derivas ¿Habéis visto "¿Y tú qué sabes?"?. Podríamos hablar de realidades simultáneas.

ricard dijo...

"¿Y tú, qué sabes?" ¿La habéis visto? Introducir aquí el enfoque de las varias realidades simultáneas, podría enriquecer nuestra exploración.

ricard dijo...

Lo siento, Brenan. Se debe a mi torpeza en gestionar el blog. ¿Puedes reenviar tus comentarios? Serán bienvenidos.

Anónimo dijo...

Estoy leyendo cosas orientales, para ellos el Yo occidental es algo irreal, podría decirse que un espejismo.

Anónimo dijo...

El último Nadal lo ha ganado un libro titulado Mercado de espejismos. Por si os interesa.

Anónimo dijo...

"Tabucchi se consideraba la sombra de Pessoa y decidí convertirme en la sombra de Tabucchi para así tratar de ser la sombra de la sombra de una sombra."
Vila-Matas en una entrevista